17.4.13

Cómo disimular un golpe del alma

El truco es que respires
sin que cambie el patrón del aire.
Hay que parecerles que todo sigue
igual, sin acelerar el ritmo.
No se debe frizar.  El shock se huele.
Lo peor que podrías hacer sería detenerte.
El movimiento lento se guia desde los párpados,
para que los hilos del titiritero no se noten.
Es mejor que las mariposas se acuesten,
y se dormirán.

Te mirarán cuando te levantes.  Espéralo.
Dales tus ojos, que parezcan claros.
No digas mucho.
Hablar, ya sabes, es peligroso.  Di lo mínimo.
Haz preguntas y escucha con atención.
Cuando lo mencionen, piensa en las amapolas,
en los platos limpios en el gabinete,
en las filas de trastes en cualquier tienda de segunda.
Si tienes que toser, no toques los ojos, tampoco la cara,
permítete una mirada ladeada, un segundo,
y regresa.  Tu presencia desmiente
cualquier simulacro.    

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