1.4.13

Oda al estrés

Ni cuenta me doy de que me acompañas
hasta que tus tentáculos me estrangulan
con garras que me hieren desde la tráchea hasta la nuca
mientras me aplastas los pulmones,
sin dejar huella alguna en el cuello.
Me ahoga el silencio de no saber qué ni dónde.

Vengo de viaje, del peor de los casos
a la crisis del presente.
Crecieron las canas durante el vuelo, y
aquí también me estás esperando
desde no sé cuando.
 Respiro y me ahogas.
¿Te soy un juego?

Las agujas me caen y desvaneces como el humo.
Me anclo en las piedras negras, en las espadas en miniatura,
en la energía chi que corre por vías libradas.
Me alejo y reflexiono en tu presencia
en el día de hoy.
Y al nombrarte, estrés, te venzo al despedirme.  

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