8.4.17

Rota y redimida

A veces, al pasarse el tiempo,
me vuelvo extraña hacia la gente.
Me ajeno a las personas que más
me picoteaban el interés.
Al principio, puras sonrisas y esperanzas
ceden el camino a un aislamiento agobiante, ansioso e interno.
Me aparto.
Dentro de los recuerdos, me apeno.
Los hice algún mal nunca dicho.
Invento malentendidos que no se explican.
El hecho de saludar se vuelve pesado.
Los veo volver la vista.
Imagino que se ríen a mis espaldas.
Sólo con el tiempo
al verme obligada a interactuar,
veo que toda distancia se puede cruzar
con una mirada, una sonrisa, una ayuda.
No fue nada.
Nadie se molestó.
Fue un simulacro inventado por un insomnio.
Co-creamos la redención
al colaborar entre nosotros.
No haría nada si no fuera por mi comunidad.
Los necesito como el agua, como el aire.

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